1/20/2010

Primeras imagenes ‘Inglourious Basterds’

10/21/2008


Ya tenemos a disposición del gran público la primera imagen de la pelicula ‘Inglourious Basterds’, el último invento de Quentin Tarantino con Brad Pitt de protagonista.

Crítica Rock'n'Rolla

10/08/2008


La nueva película de Guy Ritchie se presenta en Sitges 2008 fuera de concurso. Después de dos tropezones comerciales, Ritchie vuelve a visitar los temas y personajes que tan buen resultado le han dado.
En el Londres de hoy día, con sus especulaciones urbanísticas, un capo ruso de la mafia; una contable desleal; un par de delincuentes de segunda fila; políticos corruptos… variopinto repertorio de personajes para una película coral en los bajos fondos londinenses.
Ritmo frenético, diálogos con chispa, todo esto está en Rocknrolla que por otro lado no deja de ser más de lo mismo, es decir, una vuelta de tuerca de lo que fue Snatch, Cerdos y Diamantes, su mejor film hasta la fecha, y que a su vez también era una revisión de su primera película Lock and Stock.
La película entretiene, está bien rodada, y tiene algún momento cómico destacable (como la muy divertida persecución a pie de los dos guardaespaldas a los dos ladrones de segunda fila), pero sin llegar a cotas como la de Snatch.
Se ha perdido la frescura de la anteriormente citada y, evidentemente, la de Lock and Stock; resultando por momentos reiterativa y con menos fuerza.
Así pues el film no defraudará a los fans incondicionales del director, ni al público en general. Entretenimiento asegurado, y antesala para una segunda parte tal y como se nos anuncio en los créditos finales.

Nota: 6

Crítica Red


Brian Cox interpreta a un hombre mayor propietario de una tienda de comestibles que ve como un grupo de jóvenes matan a su perro sin motivo alguno.
Red, que así se llamaba el perro, es también el título de la película que han dirigido a duo Trygve Allister Diesen y Lucky McKee. McKee, que sorprendió en el 2002 con May, ahora nos ofrece junto con Allister Diesen un drama en toda regla, que incomprensiblemente forma parte de la sección oficial fantàstic del festival de Stitges 2008.

Por lo demás, la historia en si no es muy novedosa. Un incidente conlleva unas consecuencias, que llevan a otras, que llevan a otras… La particularidad reside en que el incidente inicial es la muerte de un perro, algo que muchos consideraran lamentable pero no trascendente. Y ciertamente la película resulta interesante en este tramo inicial, en el que se nos cuenta que la muerte de un animal de compañía es un momento duro para su “propietario”, (que mal suena esta palabra en este caso); y si la muerte no ha sido accidental, como ahora, debería dársele toda la atención que se merece y responsabilizar a los culpables como se merecen (y como la ley exige).
Todo esto devendrá en una trama de venganza, inevitable y forzada por los culpables de la muerte del perro, que nos es ofrecida de forma solemne y pausada por los dos directores.
Película más cercana por su realización a un telefilme de sobremesa, tiene su gran baza en la sobria interpretación de Brian Cox, excelente y sin duda lo mejor del film, presente prácticamente en todas las secuencias.

Nota: 6

Crítica Martyrs


Llegó a Sitges la película polémica del año, la que ha reabierto el tema de la censura en Francia, y plantea una vez más la pregunta de hasta donde debe ser permisible la violencia en el cine.
Pascual Laugier debutó en el largometraje con El Internado (2004), un mediocre film de terror olvidable. Martyrs es su segundo film y las expectativas, al menos para mí, no eran muy grandes. Más bien todo lo contrario después de la polémica desatada en su proyección en Cannes y todo lo que se ha escrito sobre ella (y lo que nos falta por leer).

Lucie escapa de su cautiverio y es recluida en una clínica donde hará amistad con Anna. Lucie está traumatizada por las torturas recibidas y no quiere recordar. 15 años después, una familia está tomando el desayuno cuando llaman a la puerta. El padre abre y Lucie, empuñando una escopeta, le dispara. Es el momento de su venganza.
Martyrs es una película violenta, muy violenta, aunque no la más dura ni la más salvaje como nos dicen. Y no lo es por que desde el principio utiliza recursos efectistas, tanto visuales como sonoros, de un film de horror al uso (eso si, con una producción de calidad) para pretender vendernos el horror en mayúsculas. Y ese es el problema, que no cuela.
Si la película se plantea la pregunta de qué queda después de la violencia (tal como dice su director), si se lo plantea en serio, el uso de efectismos le hace perder toda credibilidad. Y cuando se pierde credibilidad, el mensaje se difumina y lo que queda es el espectáculo del gran guiñol (muy sangriento, eso si).
Si Pascual Laugier se siente incómodo por que el público aplaude ciertas secuencias, o casi parece pedir disculpas por haber hecho la película (algo absurdo), es por que nos quiere vender gato por libre.

Curiosamente Martyrs tiene en su tramo final, en la tan comentada e interminable secuencia/as de tortura, su parte quizá más honesta: cine más o menos puro sin artificios, casi sin música ni efectos sonoros. Pero solo en esas escenas en concreto y solo hasta llegar a la pirueta final: el no va más de las torturas y el porqué de esas torturas. Pero todo eso es más bien poco y no puede hacernos olvidar el resto de metraje más propio de un film de horror al uso, que a uno con inquietudes.
Lo que si hay que reconocer es que como film de horror funciona, impacta, sobrecoge y, soy testigo, hace abandonar al público la sala (como lo han hecho también otros films anteriormente).

Que hay mucha maldad y crueldad en el mundo es innegable, solo hace falta ver las noticias. Querer plantearse preguntas sobre el por qué de esa maldad de una forma seria es encomiable e interesante de ver, por muy duro que resulte. Pero ese, desde luego, no es el caso de Martyrs.

Nota: 5

Crítica Vinyan


A diferencia de lo el belga Fabrice du Welz dijo al presentar Vinyan, esta no es tan distinta a Calvaire, su anterior trabajo.
Du Welz nos lleva esta vez a Tailandia. El hijo de Jeanne (Emmanuelle Béart) y Paul (Rufus Sewell) ha desaparecido a consecuencia de un tsunami. Incapaces de aceptarlo permanecen en el país sin perder la esperanza de encontrarlo.
Un día, en una fieta para recoletar fondos de ayuda para los habitantes que ocupan las aldeas más remotas, Jeanne cree ver a su hijo en un grabación. Es una imagen poco nítida y el niño está de espladas, pero la camisete roja del Manchester United no le deja duda. A partir de ahí, Jeanne y Paul se embarcarán en un viaje tan desesperado como esperanzador al corazón del horror. No es, sinembargo, un horror de monstruos gigantesco; el horror que nos presenta Vinyan puede emparentarse con el del capitán Benjamin L. Willard de Apocalypse Now, o el de Lope de Aguirre en el film de Herzog: después de todo, las tres películas, son road-movies (via rio) de aprendizaje o descubrimiento.
Hay otro título clave al que Du Welz hace referencia abiertamente: Amenaza en la Sombra de Nicolas Roeg (excelente por otro lado). Al igual que en Vinyan, una pareja pierde a su hijo (ahogado) y en un viaje a Venecia ella cree reconocerlo vestido con un impermeable rojo.
Antes hacía referencia a que Vinyan no es tan distinta a Calvaire. Ambas son dos dramas de horror. En ambas la naturaleza en su estado más primitivo está presente; entendiendo por naturaleza no solo el paisaje (mostrado perfecta y extrañamente cautivador, a la vez que aterrorizador), sino también sus habitantes. Los civilizadamente primitivos habitantes de la región de Liège no son tan distintos de los incivilizadamente primitivos habitantes birmanos, y las necesidades de unos aunque distintas, están emparentadas: la soledad, la falta de compañía, aunque para ello se recurra a una fantasía disfrazada (caso de Calvaire), se transforma aquí en la necesidad de una guía para unos espírituis de carne y hueso que bajan por la selva birmana. La perdida de un hijo es, a temprana edad, tan demoledor como la falta de una madre cuando no se alza más de un metro y medio; y Vinyan, la palabra, es una expersion de la zona utilizada para referirse a un espíritu inquieto que baja sin una luz que la guie.
Vinyan es una historia de necesidades (emocionales, existenciales, vitales), una maduración de Calvaire y por tanto un paso adelante totalmente consecuente en la carrera de Du Welz.
El uso del sonido así como una imagen tan cautivadora como fría, tan fantasmagórica como real (otras dos características ya presentes en Calvaire), hacen de Vinyan un drama que utiliza la atmósfera del fantástico (y dicho sea de paso, de forma magistral) y que sin duda aburrirá a los que esperen encontrar un film de terror.


Nota: 7

Crítica de The Sky Crawlers


Mamoru Oshii, el artífice de clásicos de la animación como Ghost in the Shell (en sus dos partes) o Avalon (imagen real), presenta en Sitges su último trabajo.
Imaginemos que en nuestro mundo ya no hay guerras y se ha impuesto un periodo de paz. Sin embargo, para conseguir esta situación idílica, dos grandes compañías se enfrenta en una guerra televisa sin fin; donde los llamados Kildren (niños que no crecen y no pueden morir, excepto en combate) son los protagonistas.
Que las guerras, además de una fuente de ingresos y efectivo (o no tanto) equilibrador demográfico, son una válvula de escape para amansar al animal que todos somos, no es ningún descubrimiento: somos lo que somos y como somos para desgracia de todos.

Sky Crawlers destaca por sus impresionantes combates aéreos magistralmente realizados en una perfecta combinación de técnicas de 2D y 3D; y unos efectos de sonido excelentes (obra y gracia de Skywalker Sound). El gusto por el detalle y los colores suaves, se unen a un ritmo pausado y unos diálogos concisos e inteligentes potenciando un discurso político y social. Pero fundamentalmente la película de Oshii nos habla de la desesperación de una juventud ante un futuro yermo: ¿para que crecer si no sabes si mañana vas a morir?
Pero fundamentalmente es un drama de sentimientos frustrados y dolorosos (y mucho), por que por mucho que nos empeñemos en “no crecer”, en no hacernos adultos, si algo no podemos evitar es el “sentir” (aunque podemos ignorarlo)
Sky Crawlers es una obra meditada y meditativa (si se quiere un tanto larga en metraje); triste, de tono melancólico; donde las miradas y los silencios importan tanto como los momento dialogados. Una parábola en que su originalidad no consiste en lo que nos cuenta (discurso que nos ha sido presentado en otros films), sino en como nos lo cuenta.
A destacar la excelente banda sonora compuesta por Kenji Kawaii, responsable de anteriores títulos de Oshii y que potencia con sus maravillosos acordes las imágenes de uno de los títulos importantes dentro del anime japonés.

Nota: 7